lunes, 7 de marzo de 2011

TÍA CAROLA (3)

Tía Carola tenía muchas amigas, unas desde que era niña y estudiaba en el Colegio San José, una de esas amigas se  hizo religiosa y se llamaba Sor María del Verbo Encarnado, nunca la conocimos personalmente pero hablaba con tanto cariño de ella que nunca la olvidé, ella le regaló un rosario hecho con huesitos de aceitunas del Monte de los Olivos y luego tía Carola se lo regaló a Carlos mi hijo, cuando hizo su Primera Comunión. Tenía otras amigas cuando participaba en el Templo de Dolores, catequista y también en la biblioteca.... esa biblioteca era algo maravilloso... muy completa. Todos los libros estaban forrados con papel estrasa, y tenían un número en el lomo acomodados en estantes perfectamente ordenados, las encargadas tenían unos tarjeteros con los nombres de los libros y estaban divididos según las edades. Ellas cuidaban que cada quien leyera lo que correspondía según la edad. Había unos libritos gordos que en la esquinita de afuera y arriba de cada hoja tenían un dibujito... al pasarlas rápido el dibujito se reproducía como una caricatura en movimiento... ¡Cómo me gustaban!. Pero, volviendo a las amigas.... se reunían de vez en cuando en distintas casas, cuando le tocaba a Tía Carola, por lo general el día de su Santo, preparaba una merienda deliciosa, galletas, empanaditas, pastel, té, café, ponía en la mesa de la sala la vajilla elegante y.... nos corría... pero de nada le servía... esas amigas de tía Carola eran también nuestras amigas.  Luego hacían el recorrido por el jardín para ver cada una de las plantas intercambiar poditas y cortar algunas flores. Una de esas amigas era Elisa Tijerina, a ella la recuerdo con especial cariño porque en 2o. de Secundaria fue mi maestra de Historia de México, en verdad que me enseñó a amar a mi patria, enseñaba con amor..... como eran también nuestras amigas yo le decía Elisa y en el colegio tuve que aprender a decirle Srita. Elisa. Cuando ya estaba por terminar el año nos dijo que a ella le gustaban mucho las nubes, que gozaba verlas pasar y las distintas formas que tomaban y luego agregó: Cuando yo ya no esté y vean las nubes, acuérdense de mi...Y me acuerdo de ella.

Tenía otra amiga, Sarita Garza, ella vivía enfrente de casa, sus hermanos tenían un negocio de materias primas, vendían melaza, vainilla, especias y muchas cosas a granel, vasos, platos y todo lo deshechable, todo de papel antes no existía el foam. y siempre olía a azúcar y vainilla. Pero Sarita era muy seria y cuando llamaba por teléfono, nosotros corríamos a contestar, siempre pensábamos que eran llamadas para nosotros, no se porqué.... y decía: ¡Está Carola! ¡Habla Sara! con una voz cortante y seca.... uuhhhh tremenda desilusión.

Otra de las amigas de Tía Carola... y nuestra.... era Martha Meyson ella vivía en Villa de Santiago y tenía una historia muy triste, pero nosotros no la supimos hasta que fuimos mas grandes. Venía a la casa con alguna regularidad, su único hijo vivía en Tonalá, Jalisco y era un artista que hacía figuras de barro, que se exportaban sobre todo a Europa, en especial unas palomas decoradas con unos colores muy lindos y ya se imaginarán que en nuestra casa había palomas de barro por todos lados. Martha era vegetariana y no comía lo que había en la casa, ella traía un morralito y se sentaba muy modocita y por un ladito iba sacando sus alimentos, un plátano, almendras, nueces, pasas, pepitas de calabaza  y toda clase de cosas que se veía obligada a compartir con las sobrinitas de Carola....y contaba historias muy interesantes una vez estaba platicando una de esas historias y cuando ya iba a la mitad... se quedó pensando y dijo: bueno, en realidad todo empezó en 1929.... y retrocedió la historia hasta 1929 y luego la retomó donde iba cuando se interrumpió ....entonces se volvió la frase célebre, empezar nosotros a contar algo y decir: bueno, en realidad todo empezó en 1929...

Fue pasando el tiempo, y todas sus amigas se fueron yendo.... y tía decia, Ay, ya se murió Celia, luego, ay, ya se murió Elisa, luego sigo yo... y así con cada una hasta que solo quedó ella.

2 comentarios:

  1. Hola amiga,me encanta las anecdotas de tu tia,y le pones tanto amor en cada palabra,que me emocionan...besos y bendiciones!!!

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  2. Gracias Dulce Ma. es que quisimos tanto a mis tías, yo puedo decir que tuve 4 mamás. Un abrazo a la distancia.

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